Según los estudios, la disfunción sexual está presente en menos del 43% de la población femenina y en el 40% de los hombres. Estas cifras son relativamente altas y la disfunción sexual es siempre un tema de actualidad y un problema delicado. Muchas personas no encuentran el valor para resolverlo o hablar de ello. Afortunadamente, hoy en día disponemos de medios para acabar con estos problemas. Recomendamos que tan pronto como se observen los primeros síntomas, se consulte con un médico o experto en este campo.
Entre los tipos más comunes de disfunción sexual femenina están:
Los problemas de disfunción sexual pueden aparecer en cualquier etapa del ciclo sexual e impedir que la persona o la pareja alcancen una actividad sexual satisfactoria. Este ciclo de respuesta sexual se divide en cuatro fases:
Al igual que en el caso de los hombres, las causas de la impotencia en las mujeres son principalmente físicas y psicológicas.
Los físicos incluyen especialmente el estado de salud general y enfermedades como la diabetes, enfermedades cardíacas, enfermedades neurológicas, desequilibrio hormonal, menopausia, enfermedad renal crónica o insuficiencia hepática como consecuencia del consumo excesivo de toxinas.
Las causas psicológicas son principalmente el estrés en el trabajo, las preocupaciones por el rendimiento sexual, problemas en la vida de pareja o en el matrimonio, depresión, sentimientos de culpa o un trauma sexual pasado.
La impotencia femenina es relativamente común después de la menopausia. La disminución de los niveles de estrógeno puede dar lugar a relaciones sexuales dolorosas. Esto se puede tratar aplicando cremas o geles lubricantes.
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Cumplir con la dosis prescrita es muy importante para prevenir la aparición de efectos secundarios. Si estos se presentan, los más comunes suelen ser dolores de cabeza leves, enrojecimiento de la cara, sensibilidad a la luz, náuseas o congestión nasal. Estos efectos adversos no son graves y desaparecen a las pocas horas. Sin embargo, si se presentan, es conveniente que tu médico esté informado de ello. No se han reportado efectos secundarios graves.
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